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soycolin

¡DÍGAME QUE ESTOY BIEN GÜEY!

Voy a caerles gordo a los doctores, y a los amantes de la pandemia, pero es que traigo una inquietud. No sé si sea Yo el que, de plano, estoy muy tarugo; pero me parece ilógico que, habiendo vacunado ya a la mayoría de la población, el Covid esté igual o más fuerte que cuando comenzó.



“Omar, estás bien güey”. Así me dijo un amigo cuando se lo comenté, pero, amable lector, no son especulaciones tontas; es, simplemente, que esto no tiene forma. Vacunan a la gente contra el Covid; luego le piden que se cuide porque el Covid anda más fuerte que nunca, según dicen; y entonces… ¿Para qué la vacuna? “Para que, si te da, no te dé tan fuerte”, me decía una persona. Bien, pero la palabra “vacunar” significa, según la Real Academia de la Lengua Española, “inocular a las personas para provocar en ellos una respuesta de defensa y preservarlos de una enfermedad determinada, y en vez de eso, ahora nos salieron con que, a pesar de que ya casi toda la población está inoculada, el Covid anda por las calles del país, sin miedo al éxito y valiéndole madre quién sí y quién no está vacunado, y aquí es donde ya no cuadra. Si la vacuna no preserva del virus… ¿Entonces qué hace? O peor todavía: ¿Entonces qué es? ¿Qué porquería le inyectan a la ciudadanía y para qué?


No es mi intensión mal informar gente, ni asustarla; de hecho, Yo ni soy médico ni quiero ser. ¡Hasta gordos me caen los doctores porque luego me andan prohibiendo los refrescos y las golosinas! Lo que Yo externo, son las inquietudes de un ciudadano que sí se pone a pensar un poco y pide respuestas. Un ciudadano que, también sabe, no las habrá; o por lo menos, no las habrá que sean razonables. Y luego los sermoneadores profetas del virus me regañan por no creer; ¿pero ¿cómo va uno a creer cuando lo que hacen son puras tonterías? Insultan nuestra inteligencia al presentarnos razones que ni ellos entienden, pero quieren que uno se las coma tal cuál y ande con el miedo de morir. ¡Si a mí de por sí morir ni me puede! Es algo que va a pasar, sea como sea, en cualquier momento y aunque Yo gritara, pataleara e hiciera uno de mis acostumbrados berrinches. ¡Igual voy a morirme! ¿Usted no?


Por eso es que vivo la vida sin miedo; si como dijo mi amigo, estoy bien güey, dígamelo y quedamos a mano; pero si resulta que mi disertación de filósofo de café le hace pensar, entonces como dijo el indio: “Ya semos dos”. Compártale mi comentario a la familia para que seamos “más munchos”.

Teléfono, WhatsApp y Telegram: 322 191 10 89.


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