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Estoico Héctor Santana

Héctor Colín


Mucho gusto me dio ver a Héctor Santana García en un “eventucho” como nuevo alcalde de Bahía de Banderas. Parecerá mentira de mi parte pero de ser así no lo escribiría, y es que la condena a los que medio escribimos siempre será por mentir y no por hacer pública una verdad que beneficie al interés público.

 



Muchos años han pasado desde que Héctor Santana asomó la cabeza con la intención de ser Presidente municipal de Bahía de Banderas, desde entonces se enfrentó a criaturas como Rafael Cervantes, José Gómez, Héctor Paniagua, Jaime Cuevas y todos los achichincles que estos personajes arrastraron para ser sus delfines; contra todos pudo y aguantó vara, se disciplinó al delincuente Roberto Sandoval y se le relacionó con personajes que están tras las rejas, aun así Santana aguantó vara. Lo ningunearon en el PRI y lo vomitaron en la alianza después de haberlos representado un par de veces como diputado nayarita y se peló a Morena. Limitado como diputado solo le quedó perseguir una máxima de la política cuando tienes intenciones de crecer, “el que obedece no se equivoca” y fue justo lo que hizo Héctor Santana luego de que en Morena lo tenían considerado como la opción número cuatro cuando Mirtha Villalvazo fue la primera, y es que en esa lista estaba Carmina Regalado y hasta Jaime Cuevas como considerados a la candidatura por la alcaldía incluso por encima del Diputado Santana, aun así, Héctor aguantó vara y continuó trabajando.

 




La forma de hacer política en Bahía de Banderas no ha cambiado desde hace 60 años, la mejor forma de llegarle a la raza es haciéndoles fiesta, recorridos en bicicleta y regalándoles pollos crudos debajo de un árbol frondoso, suena feo pero es la realidad a la que han orillado los empresarios hoteleros y los gobiernos de Nayarit a sus empleados y gobernados, a limosnear cariño y sonreír como mendigo. De ahí salieron José Gómez y Héctor Santana, encontraron una necesidad insatisfecha en la raza y se abalanzaron sobre ellos para ayudar con intenciones políticas, que dicho sea de paso no está mal, pero tampoco está bien cuando formas parte de la misma tribu que mantiene a esos pueblos sometidos.

 

El Santana Estoico

 

El estoicismo es una filosofía de vida, ética personal pero alejada de la política moderna porque se confundiría con impunidad e indiferencia. Esta doctrina se basa en el dominio y control de los hechos, cosas y pasiones que perturban la vida, valiéndose de la valentía y la razón de carácter personal. Y es que como seres racionales, lo mejor sería alcanzar la eudaimonía a través de la tolerancia y el autocontrol. Eudaimonía es felicidad, no es más que aceptar el momento tal y como se presenta. Abusando que ya anda usted aquí echando chisme y aprendiendo, en esta discusión existen valores que debemos considerar para entender más lo que sucede en la cabeza de un político como Héctor Santana García, y es que en medio de esta discusión que vincula la ética y la felicidad, entendiendo que la ética es virtud del carácter y la felicidad es el resultado del sentimiento de prosperidad.




Aristóteles decía que la virtud y la práctica de esta darían como resultado la felicidad, si dejar a un lado la salud, la riqueza y la belleza, sin embargo, un grupo llamado “los estoicos” consideraban que la a esta virtud como absolutamente necesaria y suficiente para la felicidad y se niegan a la necesidad de bienes externos.

 

Los estoicos también sostenían que ciertas emociones destructivas son el resultado de errores de juicio (como aquellas que hicieron famosa a Mirtha Villalvazo) y que las personas deberían cultivar una voluntad que esté “de acuerdo con la naturaleza”. Sobre esta base, los estoicos pensaron que la mejor indicación de la filosofía de un individuo no era lo que decía sino cómo se comportaba. Para vivir una buena vida, hay que entender las reglas y hoy, las reglas en Nayarit están impuestas por Morena.

 

Dicho lo anterior comprendemos que Héctor Santana, quizás sin saberlo navega estoico en busca de la eudaimonía a través de la templanza que otorgan las virtudes del ser obediente, sin descartar la posibilidad de que esta no sea necesariamente benéfica para el pueblito.

 

Hoy, si Santana es feliz, nosotros somos felices. Así empezó Mirtha, con mucho entusiasmo., muchísimos likes y de pronto salió la Villalvazo que pocos conocían y que terminó llevándola a una constante huida de la justicia.

 

A Héctor Santana se le ve estoico, convencido, controlando las situaciones a pesar de los reclamos y es evidente que la filosofía proteccionista a todo lo Morenista será la estrategia para buscar llenarle el ojo a quienes toman decisiones sobre las candidaturas en aquel estado.



Muchos años, dinero, esfuerzo y quizás hasta lágrimas le costaron a Héctor Santana para alcanzar ese sueño de ser alcalde de su pueblo y se ha notado que bajo esa filosofía estoica, conservará la calma y se levantará todos los días en busca de hacer de Bahía de Banderas un municipio que alcance la justicia y esa eudaimonia de la que hablamos antes, la de Aristóteles claro, la que considera importante la salud, la riqueza y la belleza.

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