Puerto Vallarta, Jalisco.- La noche de ayer, como reguero de pólvora corrió el rumor respecto a la reaparición de los operativos anti borrachos en loa municipios de Puerto Vallarta y de Bahía de Banderas.
La nota no es la reaparición “per se”, sino lo todo lo que se dijo dentro de la corporación policial y de tránsito debido a que el nuevo gobierno pudiera justificar la medida en su naturaleza “moralista” y esto razonablemente considerado después de la estrategía de reubicar a las servidoras del sexo en la zona donde vive el mismo alcalde que pretende mantenerlas por medio del DIF para alejarlas de la mala vida, entendiéndose aquí el prejuicio y la intolerancia.
Hablando de intolerancia, ese es uno de los motivos que supuestamente se corrieron dentro del rumor que pretendía aclarar las dudas respecto a esta medida de perseguir pirujas y borrachos, y es que hace muchos años no se hace por diversos motivos que no tienen razón de ser hoy, sino que servirán de contraste con los argumentos de la reaparición de este operativo, en pocas palabras, lo que quise decir es que los policías y tránsitos se rascaron la cabeza diciendo pendejadas de sus jefes.
De los motivos, se dijo que posiblemente la razón sea moralista, a los alcaldes de Morena no les gusta el alcohol, los borrachos y por lo visto tampoco las suripantas.La otra razón podría ser la pobreza que vive el ayuntamiento, por lo que podríamos pensar que sucederá lo mismo con la feroz cobranza del seapal, el aumento de las tarifas en el agua, el predial y algunos de lso servicios que presta el ayuntamiento a sus ciudadanos.
Por otro lado, la preocupación de los elementos creció tratando de entender cómo serían las pruebas de alcoholemia, con la peligrosa fuerza de contagio de la COVID-19, los elementos quedarían expuestos en cada uno de lso exámenes preliminares y los otros.
“-Por lo que me pagan, yo no quiero olerle el hocico a alguien que pudiera tener Coronavirus”, me dijeron.
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