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  • Verónica Díaz Rodríguez

Se Voló la Cabeza

No Aguantó Vivir en Soledad…



Un hombre apodado “El Charro” decidió escapar por la puerta falsa, luego de que su esposa y su hija se fueran de la casa. Al estar solo y sin ganas de seguir adelante, se metió un balazo en la cabeza.


Fue el sábado alrededor de las 13:00 horas, cuando la señora Magdalena Méndez acudió a la finca marcada con el número 335 de la calle Rio Colorado en la colonia Agua Azul, para llevarse algunas cosas que había dejado en el domicilio, toda vez una semana atrás, ella y su hija se habían ido a vivir a otro lugar, debido a problemas con su cónyuge Rubén Vélez.


A su llegada, tocó la puerta para saber si en el interior estaba su ex cónyuge, pero como éste no respondió, abrió con la llave que ella traía y al ingresar se llevó la sorpresa más desagradable de su vida, al encontrar a Rubén en un sillón, con una pistola en su mano y su rostro bañado en sangre.

Inmediatamente la señora salió de la finca y llamó al número de emergencias. A los pocos minutos se presentaron paramédicos de Cruz Roja y elementos de la Policía Municipal, quienes a su ingreso confirmaron que la persona ya se encontraba sin vida, pues presentaba un impacto de bala en el cráneo.

Enseguida se procedió a acordonar la zona e iniciar con el informe, posteriormente llegaron elementos de la Fiscalía Regional y peritos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, quienes se encargarían de las pesquisas.

De acuerdo a las versiones ofrecidas por los vecinos, Rubén era un hombre muy violento y el día anterior, lo habían escuchado que golpeaba las paredes, inclusive escucharon algunos balazos (primero habría tirado al aire y luego se disparó él mismo), pero como lo conocían que era muy conflictivo, no llamaron a las autoridades para evitarse problemas.

El ahora fallecido respondía al nombre de Rubén Oscar Vélez Morales de 49 años de edad, quien se encontraba sentado en un sillón de la sala, con su cabeza recargada en el respaldo, en su mano derecha tenía una pistola tipo escuadra y ya presentaba rigidez cadavérica de al menos 24 horas de evolución.

Finalmente el cadáver fue trasladado al anfiteatro del SEMEFO para que le fuera realizada la necropsia de ley y posteriormente sería entregado a sus familiares para que le den cristiana sepultura.


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