El fin de semana pasado, una patrulla de la policía municipal de Puerto Vallarta arribó al tugurio conocido como PKDO como resultado de una llamada de emergencia en la que se alertaba sobre una supuesta riña dentro del lugar.
Como el protocolo lo describe, los elementos de apersonaron en el lugar para ser recibidos con insultos y amenazas para luego ser golpeados por un grupo de Motolocos.
Nadie se metió, nadie denunció, los medios se callaron y el alcalde a Luis Alberto Michel Rodriguez nuevamente se hizo pendejo con su responsabilidad de atender primero a sus policías y después a los victimarios.
Se corre la voz dentro de la corporación, llena de odio y rencor es el reclamo silencioso de una policía que ya no le responde al Alcaldito como consecuencia de las múltiples vejaciones de las que son víctimas los policías vallartenses.
El mismo Rigoberto, nuevo director de la policía ha solapado el actuar del alcalde que pone en riesgo la integridad de la policía que cuida honorablemente a los vallartenses.