Tal parece que la política vallartense se ha convertido en el juego del hambre, eso dicho con todo respeto para los y las políticas de las y los que hay espléndidos ejemplos que han luchado por Puerto Vallarta, mientras que otros como es el caso de muchos regidores que pasan por el Salón de Cabildos sin pena ni gloria, solo se han dedicado a estirar la mano para recibir su jugosos sueldos.
Y no se trata de ser un político fuera de serie, simple y sencillamente que se apliquen en su responsabilidad desde el alcalde, regidores y demás funcionarios.
En estos momentos hasta debajo de las piedras están saliendo aspirantes a las regidurías, ya no se diga a la alcaldía. Buscan colarse en los partidos en donde se toman las decisiones para ver si pescan algo, habida cuenta que por lo general mandan a los puestos de arriba a los cabecillas, y lo demás van de relleno.
Y ahí el problema, por lo general los que van de relleno al cabildo son meros adornos y quién lo diría, los que se suponía que darían la batalla, de ser unos tigres se convirtieron en dóciles gatitos de esos que les avientan un pedazo de bofe, y se ponen a rumiarlo. O les saben algo o son merolicos que se venden al mejor postor, en el caso al partido gobernante.
Casos de estos han habido cantidades industriales, por eso digo que en muchos casos, la política es el juego del hambre.
Lo primero que hacen los políticos al llegar al poder políticos es darle gracias a Dios, le pidieron que los pusiera en donde hay, y lo demás corre por su cuenta. En su afán por el dinero es ver de dónde pueden sacar la lana, y luego se coluden con los de los 'bisnes" y a ordeñar la vaca. Claro no todos, cómo siempre hay ejemplos de políticos que han ocupado puestos y no solo han trabajado con honradez, también que no se van de la función pública como otros que resuelven sus problemas económicos por varias generaciones.
Es patético como a otros les entra la loquera de sentirse candidatos a la alcaldía, los calientan los esbirros y si la cuajan, ahí andan éstos dando pena ajena en puesto que ni siquiera tienen idea de lo más básico para ser funcionarios y gobernar un gran municipio como el vallartense.
El Juego del Hambre está cerca, ya veremos cómo la bufalada se desata en pos del hueso, será algo así como el sálvese el que pueda, en Vallarta ya son varios partidos, a diferencia de los tiempos pasados en que la pelea se centraba en el PRI y el PAN.
Los arañazos ya comienzan por ahí corre una encuesta que pone al regidor de Morena José "Chato" Rodríguez en la punta sobre otros aspirantes de Morena, algo que si bien podría ser cierto, la realidad es que hasta estos momentos El Chato no tiene el peso como para estar por sobre otros de su partido, incluido el alcalde vallartense, del que no se conoce si irá por la reelección o si seguirá su carrera política en otro espacio.
Esto es solo un ejemplo de lo que se vendrá no solo en Morena, en todos los partidos porque la ambición es grande y los acelerados no se ubican en sus reales posibilidades.
Prepárense para ver unas guerrillas internas en las que definirán candidatas y candidatos que pelearán a calzón quitado por estar en la ubre municipal, o de las diputaciones, ya lo verán.
LAS MENTADAS SUBEN; MÁS CARAS LAS MULTAS POR “INJURIAS” AL PRESIDENTE
Está en proyecto triplicar las multas por “injuriar” (insultar) al Presidente de la República, y también reforma diversas disposiciones de la Ley de Delito de Imprenta que multiplica siete veces las penas pecuniarias a la prensa por injuriar a Secretarios de Despacho, al Fiscal General de la República, a los Gobernadores, al titular de la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México y a los legisladores. Así lo contempĺa el proyecto cuyo dictamen fue aprobado en la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados. La propuesta fue de la diputada de Morena, de nombre estrambótico Bannelly Jocabeth Hérnandez la que fue aprobada sin ser discutida por 19 votos favorables de los morenos y uno de MC, nueve en contra de la oposición, con cero abstenciones. El mismo proyecto contempla que los ataques al orden público o a la paz pública se castigarán con pena de pŕisión de seis meses a un año y una multa entre 481 y 3 mil 848 pesos.
En el caso de los Magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y de circuitos, jueces generales y coroneles. Las injurias serán sancionadas con pena de prisión de entre uno y seis meses, con multas de los 481 a los tres mil 848 pesos. Actualmente esas multas relativas a los casos son de entre 50 y 300 pesos.
En caso de que la injuria fuera en una sesión del Congreso o en una audiencia de un tribunal, o se hiciera a los generales o coroneles en una parada militar o estando al frente de sus fuerzas, la pena será de dos meses de arresto y dos años de prisión y una multa de cinco a 40 UMAS. La propuesta también se aplica a los para los que injurien a un mando policial, a uno de sus agentes, a la autoridad o a cualquier otra persona que tenga carácter público.
La recomendación: En boca cerrada no entran multas. Que tenga un buen día.
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