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  • Héctor Colín

La Conciencia de un Hombre Derrotado


Toma el llavero alcaldito y enséñame tu ropero, con cosas maravillosas y tan hermosas que guardas tú.


Justo como lo he dicho desde que esta administración empezó con el Profe Michel, con tropiezos y pataditas, escupitajos y zancadillas, con problemas difíciles de superar paso a paso; lo increible hoy, es que la perseverancia también aplica en la incapacidad ignorada, lo que confirma lo que afirmo siempre, “justo cuando creo que ya nada puede ser peor, el gobiernote del alcaldito me sorprende y supera su pendejez”.


El peso muerto…


Después de cinco días, el alcalde no ha salido a hablar del tema, la ejecución de su mejor hombre, del más cercano, del único imbécil que confió en que Michel pudiera algún día ser alcalde, Salvador Llamas Urbina, quien se hizo famoso por ese afán de impulsar a un sujeto como el Profe Michel, a quien ayudó desde el principio, desde cerca y a la distancia, en la luz y en lo oscuro, en lo bueno y en lo malo, lo afinó, lo escondió y lo hizo alcalde, al final colocó a un Michel en la silla de presidente municipal para terminar mal pagado, ignorado, superado por el ego de no solo un Michel, sino de al menos 4 y sus seguidores. Lo último que vimos de Salvador Llamas fue su huida, su marcada distancia de todo lo que oliera al alcalde; algo sucedió en el camino y nadie dirá nada porque Llamas fue ejecutado con una bala en la cara, a los ojos de su ejecutor y sin oportunidad de reaccionar. Los muertos pesan, sobretodo cuando las condiciones de la desaparición no son claras y no es por ser metiches, pero la vida pública y privada del alcalde afecta a todos los vallartenses, por ello, la verdad es la mejor manera de pagar la atención y la resistencia de los vallartenses que estamos hartos de un gobierno manchado de todo, hoy incluso, de la sangre de uno de sus cercanos.


El móvil del crimen, el operativo para ejecutarlo y la investigación de los hechos no nos corresponde, no nos interesa, el tiempo no vuelve atrás y aclarar lo que sucedió el viernes ya no sirve para nada, sin embargo, saber lo que sucedió entre Michel y Llamas antes del viernes y después del domingo es clave para el gobierno del Profe Michel.


Decía Francisco Gabilondo Soler en una de sus más famosas canciones: -“Toma el llavero alcaldito y enséñame tu ropero, prometo estarme quieto y no tocar lo que saques tú”. Quizás refiriéndose a la corrosiva curiosidad de saber lo que la gente esconde, para este caso su abuelita, para nuestro caso nuestro alcaldito. Y es que lo preocupante de verdad es desconocer lo que se viene.


Hoy el alcalde no solo guarda los problemas en su cabeza, lo que claramente almacena sin solucionar, lo perturban y se nota, se huele en su actuar su frustración, su insatisfacción por ser un alcalde incapaz, inepto y quizás no por su culpa, sino por la displicencia de su actuar, hoy ya carga un muerto y lo acompañará en un infierno en vida.

Escuchaba una “entrevista” que la perradita da prensa le hizo al alcalde en el cabildo el día de ayer, en la lluvia de preguntas brotaron algunas que cachó el profe quizás sin querer, la que más llamó mi atención por su efecto fue la que lo hizo llorar, siete lárgimas y media temblorina de piocha fue la tristeza que mostró el alcaldito por quien dice que era su amigo, Llamas. La otra pregunta la formuló Carolina, mal planteada y pésimamente acompañada d contexto, por lo que el profe, sin querer, contestó lo que se le vino a la mente mientras las cabras tomaban monte, el cuestionamiento se relacionó con la cantidad de escoltas que lo acompañan, por lo que el presidentito dijo que sólo se hace acompañar de cuatro personas a quienes nombró como su AYUDANTÍA, no conozco a nadie fuera de la realeza que necesite dos parejas de personas para ayudarlo a algo, esto si consideramos que aparte tiene secretarias, secretarios, asesores y un güeyón que le carga el paraguas. Lo que Carolina quizo decir, fue que el alcalde igual que Llamas tienen un chingo de escoltas y de cualquier forma no sirvieron pa ni madres, consideró también Aguiñaga que la “ayudantía” adicional que acompaña a los hijos, hijas y conocidos del alcalde son parte de lo que se debe aclarar por él y no por nadie más por ser un señalaminto directo. Lo que hoy sabemos, es que a pesar de lo que parecen ser limitaciones cognitivas, el alcalde hace todo lo posible por evadir los cuestionamientos, porque no sabe qué decir o porque sabe que de cualquier manera se verá involucrado en la complicación de sus problemas.



Ahora el alcalde está solo, ya no tiene a quien de una u otra forma le desataba los nudos y le mostraba el camino de las soluciones, a putazos pero soluciones, ahora se queda solo con los más pendejos, con los más corruptos, con los más incapaces y con quienes tienen los pensamientos más rapaces y dañinos para el gobiernito, ya no le queda nada al alcalde.


La renuncia es la clave.


Por ahí escuché un mal consejo que no me pareció tan malo. Imaginemos que el alcalde renuncia en un par de días, eso lo libraría de sus problemas, quizás negociaría la posición por el perdon de sus pecados, por el perdón de sus torpezas y es posible que sus hijos se salgan con la suya, el dinero hecho ya está quizás escondido en algún lado y si consideramos que se han perdido como 300 millones de pesos, es posible que si se aplican, con esa lana sobrevivan un rato sin tener que trabajar y viviendo en algún país sin extradición, Puerto Vallarta quedaría libre para el primer valiente que llegue a meterle el pecho al gobierno para solucionar los problemas que ocasionaron los Michel.

Con esta solución nos olvidaríamos pronto del Profe y sería entonces un placer verlo caminar por las calles del rancho, agradecidos por haberse sacrificado para dejar a un capaz en el cargo. Los regidores dejarían de pelear, Munguía ya no tendría a quién gritarle, Jesús Estrada ya no mostraría las nalguitas en el cabildo y Felipe el “sacacopias” hecho secretario segúramente regresaría a su anterior trabajo, desaparecerían los 600 empleados fantasma, los policías ya no serían acosados, los empleados de Servicios Públicos ya no tendrían que reclamar que tienen a un alcalde mal cocido y así la lista de bneficios crecería, incluso ya no necesitaría a los escoltas y los de la Guardia Nacional se ocuparían en hacer eso para lo que fueron creados, NADA.


Si la renuncia se lee feo, quizás una licencia sería lo mejor, si no le entiende me llama, se la redacto y la peloteamos juntos para salir todos contentos, por el bien del rancho que lo vio nacer y que lo ha aguantado los últimos 176 años.

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