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  • Ruben Gómez Bernal

LA CRUELDAD

No son pocos los derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, que manifiestan que la atención y el servicio ha venido a menos y que en muchos de los casos es despótico y cruel el trato que reciben de algunas enfermeras y doctores, aún tratándose de personas de la tercera edad. En el conocido como "Seguro Social de La Aurora" la Clínica 170, hay una enfermera tipo "Tronchatoro" grosera, majadera, gritona, con muy poca educación, una tal Cintia, que trata con la punta del zapato a los derechohabientes, por el simple hecho de que le reclamen algo, su contestación es que "si no les parece agarren sus tarjetas y váyanse", como si fuera la dueña del hospital.

Dicen que la "Tronchatoro" es tan "geniuda" que sus compañeras y compañeros le temen, según eso porque "tiene muchas palancas en México".

Pero ese no es el motivo del contenido de la columna, sino que sirve de ilustración de lo que a continuación les voy a comentar. Y es precisamente de la forma tan cruel como son tratados los pacientes, que para ilustrarlo basta un ejemplo.

A una mujer de la tercera edad de la "Clínica de La Aurora" la derivaron a la Clínica 42, para que fuera a consulta interna, con un doctor que supuestamente lo encontraría en un consultorio, el internista de apellido Hernández. Le dijeron que debería de estar 15 minutos antes.

Llegó la paciente y le fue confirmada la cita, en dónde le manifestaron que efectivamente la tenía programada pero en otro consultorio.

La paciente llegó puntual, y se encontró con la sorpresa que había varias personas adelante de ella, preguntó que cómo estaba el orden en que habían llegado. Fue llamada una paciente y que a la salida le preguntaron a qué horas la habían citado, contestando que a las 8 y media, cuando ya el reloj marcaba después de las once de la mañana. Esta paciente corrió con suerte, ya después no se supo más del doctor, pues cerró el consultorio y ya no lo abrió. Si estaba adentro ya no se supo, salió la paciente y ya no recibió más.

La espera de la citada a las diez, según comentaba a las personas en espera, se prolongó hasta pasadas las doce del día, y ni las luces del doctor Hernández. Dentro del grupo de personas que esperaban estaba una que venía en silla de ruedas, procedente de Tomatlán que desde las ocho de la mañana estaba a la espera, en una inexplicable desatención para una paciente discapacitada.

La única explicación que se daba a los pacientes es que "el doctor Hernández subió a piso". Horas de espera, gente mayor, otras que vinieron de fuera y el doctor sin aparecer.

Así se las gastan, no hay orden, no hay vigilancia, nadie habla con los derechohabientes. La explicación de una enfermera es que había mucho trabajo. La pregunta es ¿por qué citan a lis pacientes si no hay capacidad de atención?

Por cierto la gente se quedó esperando… y los pacientes siguieron llegando. Se ignora cuál fue el final, si fueron atendidos y si regresó el doctor que irónicamente tiene un letrero en la puerta del consultorio que dice: "Favor de no tocar la puerta espere a que le llamen".


Y EN DÓNDE ESTÁ TRÁNSITO MUNICIPAL?



Simple y sencillamente es imposible que en Tránsito Municipal no vean en donde es necesaria la presencia de su personal, para el ordenamiento vial.

El tráfico vehicular es lento y desordenado por la Avenida Medina Asencio, a partir de lo que se conoce como Crucero de El Pitillal. La razón es que adelante el Gobierno Municipal realiza reparaciones en el pavimento y por esa razón se desvía el tráfico a partir de la Plaza Península. Los conductores ante la ausencia de vigilancia hacen lo posible por meterse a la lateral y ahí es en dónde se retrasa el tráfico.

Ante esto cabe hacer la pregunta: ¿En dónde está Tránsito Municipal? Es imposible que en la dependencia no se den cuenta de la situación, del caos que se forma.

Dicen los enterados que en Tránsito Municipal, sobran los "jefes" y faltan los agentes. Alguien debe informar al titular de la dependencia de la situación. Si no hay coordinación no se podrán solucionar los problemas.

Creo que en Tránsito Municipal existe la suficiente capacidad del mando mayor y los mandos medios, para los operativos del ordenamiento vial, y deben de responder al Alcalde prof Michel, que les brindó la confianza para la dependencia que es en dónde más se necesita del trabajo de quienes tienen la responsabilidad.




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