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Héctor Colín

¡Por Siempre, Gracias!

Querido lector, fundir una empresa como esta, después de tres décadas de tener la satisfacción de haber llegado a las mentes y los corazones de los vallartenses no es fácil. Después de haber impreso tantas letras, tantas oraciones con objetivos lógicos y propositivos, miles de notas con otro tanto escandaloso de fotografías, luego de conseguir entrar diariamente a los hogares de miles de vallartenses para hacer más amena la mañana, más provechoso su día y más completa la historia de esta región, nos despedimos.



La situación política de este país nos ha obligado a muchos a reinventarnos, a dar un paso atrás para reagruparnos y reestablecer nuestras prioridades, no ha sido fácil satisfacer el deseo de seguir informándolos solo con el ánimo y la fuerza de voluntad. Conquistar al lector nunca fue fácil, fueron días sin dormir, trabajando mientras usted descansaba para que al final de su durmia y al incio de su jornada usted tuviera en sus manos un ejemplar de EL SOL, Siempre Libres.


Fuimos criticados hasta que nuestros detractores se cansaron y nosotros le seguimos. Fuimos perseguidos, amenazados, se nos obstaculizaron muchos momentos mientras tratábamos de hacer lo que nos gusta y aún así seguimos. Muchos se quedaron en el camino y se nos adelantaron, dejando páginas libres para quienes tuvieron el entusiasmo y el compromiso de escribir sobre historia, sobre acontecimientos del diario, sobre hechos de sangre que nos marcaron como testigos y nos engrosaron el sentimiento, sobre cultura, turismo, información general, el deporte, la política y la policía, informamos oportunamente sobre los hechos que marcaron la historia de esta región y no claudicamos nunca.


El compromiso de todos se evidenció, en algunos, víctimas de enfermedades que a cualquiera hubieran dejado fuera del oficio pero nosotros seguimos. Matanchén continuó a pesar de ser el más viejito, siendo el más leído por el reconocimiento de nuestros lectores hacia sus entregas diarias hablando de política y futbol, sus dos grandes pasiones, gracias Matanchén. Algunos llegaron para aprender y asustarse, para formarse e irse a fortalecer a otros proyectos.


EL SOL sirvió de cuna, de semillero, de incubadora y centro de entrenamiento para formar periodistas que vieron sus palabras impresas en ste medio y encontraron en la profesión su pasión de vida. EL SOL trascendió en el tiempo, conservando el único color que siempre nos caracterizó y al mismo precio, logramos llegar a donde nadie imaginó, a los lugares donde más nos necesitaron.

Vimos politicos llegar, e irse, el tiempo nos alcanzó y no nos rendimos. En EL SOL dejaron su vida hombres y mujeres que hoy tienen el corazón hecho pedazos por la situación que debemos enfrentar con la cabeza alzada.


Los medios somos negocios, somos empresas de las que dependen cientos de familias todos los días y la situación del país nos ha alcanzado a un punto insostenible, moralmente insoportable.


El círculo operativo de EL SOL, desde el reportero hasta el voceador nunca se detuvo, a pesar de las condiciones del clima, de la salud de las personas y las variables que nunca consideramos cuando nos sentamos con un periódico que huele a tinta y sabe a gloria. Los voceadores envejecieron, los reporteros ya no tienen la misma energía, en diseño se ha viciado la mente y la prensa cada vez necesita más alambres, grasa y paciencia, aún así no nos rendimos.


A mi se me heredó una obligación que nunca quise pero de la que me enamoré por el compromiso que significó para mi gente, para mi rancho y los colaboradores que confiaron en mi. Se cansó mi padre y dejó de escribir pero nunca de leernos. Mi madre no se cansa, jamás recibió el reconocimiento público pero siempre fue a quien se le adjudicó el éxito de este medio de comunicación, ella sigue y no se rinde, fue madre de muchos y bastión incluso de los que ahora pudieran negarlo, siempre estuvo y siempre estará allí como el eslabón más sólido de esta empresa.


Mis hermanas medio se enteraron que hubo un medio que nos mantuvo como familia pero también estuvieron.


Para los que hoy están, mi infinito agradecimiento por las amargas tardes, por las penumbras que atravesamos por la obligación de llenar 16 páginas para que este medio se imprimiera bonito y usted rindiera sus cinco pesos.


No nos rendimos, apagamos la prensa un par se meses para enfrentarnos a la situación que también lo aqueja a usted, tendremos el valor de participar de manera propositiva por el desarrollo de este pueblo y la región porque así nos enseñaron en casa y así nos acostumbramos en EL SOL.


De parte de todos los que conformamos este medio impreso, reciba usted siempre nuestro agradecimiento por el sacrificio de salir a pelearse por su ejemplar todos los días, a quienes heredaron el hábito de la lectura de sus abuelos, de sus padres o quienes dejaron este periodico en el baño o en la parada de los camiones para que alguien más nos leyera, a todos los taxistas y camioneros que siempre estuvieron con nosotros, a las. señoras que después de leernos hicieron piñatas, maduraron un aguacate o protegieron la mudanza para dejar nueestro querido Puerto Vallarta.



Hoy trascendemos, evolucionamos, no nos rendimos porque para eso estamos, para informarlos todos los días desde una nueva plataforma en el www.siemprelibres.com.


Sonría, esto no se acaba, descansaremos hasta entender qué sigue, mientras tanto, recargue su celular y visítenos en siemprelibres.com



Héctor Colín

DIRECTOR.

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