Sin cámaras y sin grabadoras con Enrique Alfaro Ramírez…
Puerto Vallarta, Jalisco.- Imagínese que el gobernador de su pueblo lo invite a desayunar y, antes de arrancar, le pida él que no grabe nada a cambio de preguntarle lo que usted quiera para platicar de “compas”, ¿qué lecuestionaría?.
Hace un par de días, por primera vez desde siempre, me llamaron de parte de Comunicación Social del Gobierno del Estado de Jalisco para invitarme a un desayuno en el que el gobernador Enrique Alfaro Ramírez nos platicaría algo. Raro porque nunca me hablaron. Lógico porque ya pasó la elección intermedia y, según yo, Alfaro se ve colgado por él o por sus padrinos en la lucha por la República. Algo quiere y no es dinero, dicen.
Si esto sucede, dé un paso atrás, frunza el ceño, entrecierre los ojos y sospeche que algo no está bien porque, cuando un político da señales de cariño es porque algo sucederá o quizás ya pasó y ni cuenta nos dimos.
La perrada llegó temprano bañada y peinada a la gorreada que, por ser en el hotel Casa Velas, sabíamos que habría aire acondicionado y eso se le agradece al emece y no a Morena.
La propuesta del gobernador era una charla de amigos, sin grabadoras, sin cámaras, en un ejercicio que abonara al entendimiento de esas dudas que nos quitan el sueño porque sabemos que nunca las contestará un político, mucho menos un gobernador con una cámara enfrente. Éste, abusando de su investidura, se arremangó y subió los codos a la mesa para arrancar con un “¡jálense con sus preguntas!”. En ese momento, el reto era encontrar el mejor momento de la plática sin presionar, sin arrinconar para no cortar la inercia de una conversación inteligente y provechosa para ambas partes.
Hice una lista preguntas en mi mente para no verme pendejo porque sabía que no tendría una nueva oportunidad como esa pero, mientras yo me esforzaba por pensar en algo inteligente, mis compañeros empezaron con el acribillamiento haciendo preguntas pendejas e inútiles para un gobernador, con un afán de protagonismo lento y torpe. Llovieron toda clase de interrogantes que podrían contestarse con una lectura de baño en las estadísticas, algunas otras no fueron preguntas sino quejas respecto al trabajo de la fiscalía que se niega a tratar bien a la prensa; el secretario de movilidad no contesta el teléfono a un reportero y es queja; los derrumbes en el cerro que son culpa de una mala regulación de los permisos otorgados por el ayuntamiento, sí, por el ayuntamiento y le preguntaron al gobernador, cosa que, desde mi lectura de su mirada, pensó que era una pregunta pendeja… ¿Cuándo llegaría la segunda vacuna de los ancianos de 40 años?, le preguntaron con las cámaras apagadas.
De mi lista de dudas:
¿Cuál shampoo usa el gobernador?, para no usarlo.
¿Por qué le parece que sus cenas con Samuel García y El Canelo son relevantes para nosotros sus seguidores?.
¿Hay vida después de Tomatlán?
¿Cómo se llama su perro?
¿Cuánto cuesta una caguama?, a ver si muy chingón.
Todo lo pensé; luego caí en cuenta sobre algo relevante que nadie había considerado. En realidad la invitación no era para mí, sino para mis lectores. El gobernador quiere a mis lectores, no me necesita a mi, ni me conoce, no soy su “migui”; entonces las preguntas tendrían que cambiar.
La primera fue simple, después de tres años de no pelarnos, de tratarnos como si fuésemos nadie (sí somos, pero no abuse), de no valorar a nuestros lectores, ¿qué cambió?, ¿cuál es la intención ahora, por qué se fijó en Puerto Vallarta para un ejercicio de ese tipo?, ¿está pensando en su futuro político en el 2024?
-“No”, dijo. “No estoy pensando en lo que pasará en el 2024”.
-¿Entonces lo descartamos?
-“No, las condiciones de entonces nos mostrarán el rumbo”.
-¿Y por qué tanto amor hoy?
Sonrió.
No sé ustedes pero yo leo sin telarañas, Alfaro quiere algo y no es dinero, como dicen.
Luego, los compañeros siguieron con sus preguntas pendejas sobre el transporte público y los delanteros de las Chivas. Todo eso se contesta todos los días con los boletines generados desde Comunicación Social de Gobierno del Estado, el problema es que no los leen, trabajan a lo huevón y no se dan cuenta de que la información allí está.
Desperté de nuevo y levanté la mano.
-Gobernador, antes del desarrollo de la campaña electoral pasada se dijo que Luis Munguía, usted y los líderes del Grupo Vallarta de Arturo Dávalos se reunieron en Guadalajara para hablar sobre la candidatura del Movimiento Ciudadano a la alcaldía de este puerto y se dijo que, por el tema de la Equidad de Género, a Vallarta le tocaría colocar a una mujer en esa posición, por lo que usted le pidió a Luis Munguía que se disciplinara, que tomara las cosas con madurez política y se alineara con el grupo para fortalecer a Lupita Guerrero por el emece. Luis le sacó la lengua y se fue corriendo a buscar una posición desde la que se burlaría de usted, de su investidura, de su liderazgo político y obviamente de la amistad que ambos presumen. Durante la campaña, usted tuvo la posibilidad de fortalecer su argumento de que apoyaría al Movimiento Ciudadano de Puerto Vallarta, pero no metió las manos para detener a quien, a la postre, desmadraría el proyecto político de Arturo Dávalos para terminar pulverizando la autoridad política que suponíamos todos usted tenía sobre la vida política de nuestra ciudad. Dicho esto, ¿por qué no intervino para detener la estupidez de Luis Munguía?.
La respuesta se las debo porque no la grabé.
Y sí, sí hay preguntas pendejas, sobre todo hoy que puedes encontrar mil respuestas distintas en la red y, si no, te inventas algo.
Luego de eso se reunió con Jorge Quintero, alcalde vallartense; Arturo Dávalos Peña, ex alcalde patasalada; Miguel Ángel Navarro Quintero, gobernador electo de Nayarit; Mirtha Villalvazo, alcaldesa electa de Bahía de Banderas y el Profe Michel, presidente electo de Puerto Vallarta; invitándonos a ver la cátedra de política que sí caracteriza al ‘gober’ jalisciense.
PD: No estoy diciendo que la prensa sea pendeja, nada más están mal nutridos, mal leídos y no todos.
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