El chiste que no es chiste, ni anécdota ni nada.
Imagínese que usted contrata a un anciano para que se encargue de algunas cosas en su vecindario, deberá recoger la basura, vigilar las esquinas, asegurarse de que haya agua en los tinacos y que las lámparas de las fachadas funcionen, para esto, le asignará un “presupuesto” que se invertirá en gasolina para el carrito, en pagar la luz, el servicio del agua y las escobas que necesita para barrer, año con año es el mismo dinero sin importar el viejito, usted ya está considerando que una buena parte de su salario se va para el ancianito que recoge la basura y abre la llave del agua, pero un día ese anciano se va, se regresa a su rancho y en su lugar llega otro, más tonto, más lento, más feo, más fachoso, más descuidado, con hijos ladrones y con mañas de abolengo, a usted no le queda otra opción, entre los vecinos eligieron que se quedara ese nuevo, al parecer está enfermo pero es para lo que les alcanzó, con el paso de los días, las luminarias de las fachadas no funcionan, no hay agua en el grifo y la basura se acumula en las casas, los objetos en la cuadra se pierden y un vecino está encabronado con el popó que dejó “El Bizco” en su patio, el bizco es el hijo del anciano que ahora cuida el barrio, siendo la caca lo menos importante, al menos por el momento, imagina que después de todos estos problemas un día llega el anciano a quien llamaremos Luis y le pide más dinero, le dice que el dinero que le da usted para esas responsabilidades ya no alcanza y que necesita más, eso significa que el nuevo viejo se está robando el dinero, “el bizco” muerde todo lo que don Luis va dejando tirado y ahora nuestro salario será dividido de la peor manera porque no nos queda de otra que darle más dinero al viejo pendejo y al perro “Bizco” que tiene desamarrado.
Vayamos a lo menos serio…
A la mitad de su fallida administración, el alcaldito Luis Michel todavía no sabe para qué está allí, no tiene idea de que el resultado del accidente electoral lo colocó en una posición importante para Puerto Vallarta. Como prueba, sus vacaciones de semana santa en Disneylandia, sí, el imbécil se largó de vacaciones justo cuando el pueblo de Puerto Vallarta necesita liderazgo para coordinar la lavada de los miados, la salida del agua en los grifos y de que le cuiden las manos a los policías que gustan por extorsionar turistas que andan en la pendeja. Se largó en el momento más importante poque no se ha dado cuenta para qué sirve, y es que en el ocaso de su vida, el alcaldito no le entiende a la responsabilidad y prueba de ello es el desastre ocasionado en la formación de “El Chuyín”, quien juega al capo mientras extorsiona a los empresarios de Vallarta.
“El Chuyín”, quien hoy se denomina a sí mismo como “el amigo de todos” (los dineros ajenos), o lo que es peor, el nuevo sujeto de “la gorrita”, se mama con las obras (suyas en “secreto” y las ajenas en privado para sacarles lana), se sobrepasa con sus empleados, se chinga a los empresarios, maltrata a los policías, ningunea a los directores del ayuntamiento, manosea a la que se deja, se entretiene en el casino, negocia en lo oscurito con el poder ajeno, manipula regidores e intenta arrancar su campaña política (jajajajaja), mientras todo eso sucede, el alcaldito se trepa a un avión para ir a ver a Mickey Mouse, al mismo tiempo el rancho es un caos, una corredera de ratas. Pero a mi no me crean, pregúntenle a la raza o esperen a que hagan públicas las carpetas de investigación que se archivan en la Secretaría de Gobernación para darle palo a los Michel en cuanto asomen la cabeza intentando representar los intereses de Morena, eso incluyen las ganas de “El Chuyín” de que su padre sea gobernador (jajajajaja).
Dejaré pendiente un tema que me encargaron con otros datos y algunas fotos, el alcaldito tiene un yerno en la Sindicatura, arribita de todos y abajito del Michel.
Mientras continúan los abusos en el DIF, los acosos a las secretarias y se acumulan los delitos, el alcaldito se va de viaje a Disney.
Sobre el Turismo
Hace unos días compartimos en nuestras redes sociales una fotografía del Alcalde Luis Michel Martínez en la que presume haber asistido al Tianguis Turístico en la Ciudad de México, para ello, solo haré un comentario lascivo, ¿QUÉ CHINGADAMADRE SABE EL ALCALDITO SOBRE TURISMO?.
Sobre el Seapal
Sobre el Seapal, se me había pasado comentar sobre los pazguatos Regidores que habían iniciado una interesante afrenta contra el director del organismo porque escondía las cuentas, las manos y las mañas de su gestión, en algún punto les llegaron al precio porque se detuvieron, tan bien que iban en la intentona por conocer los secretos que no deberían ser secretos para nadie, y es que cuando se trata de dinero público, técnicamente y sin ningún problema, cualquier hijo de vecino debería tener el derecho de conocer la salud de esas finanzas, por el contrario, parece lo que seguramente es, están haciendo sus negocios sucios, y cuando digo sucios, significa que quizás se están chingando la lana de la raza y por eso Seapal no funciona como debería. El que nada debe, nada teme y, mientras el pendejete del Seapal se esconda, significa que algo malo hay dentro; sabemos también que el alcaldito no hará nada porque tiene quizás muchos motivos, no joder a su hijo, seguir mamando o porque simplemente no le entiende a los números, bueno, también existe la posibilidad de que se le hayan olvidado los números del uno al diez y todas sus combinaciones. Decía un viejo – “Usted mámese, vida solo hay una y cárceles un chingo”.
El nuevo presupuesto…
El anciano que despacha en una alcaldía propuso un aumento a su presupuesto, al parecer no alcanza el dinero para limpiar el San Judas de la “oficinita” de “El Chuyín”, o el cloro de los miados no es suficiente, quizás los medicamentos para el Alzheimer son muy caros, quizás el viaje a Disney desgastó a la familia “real”.
Bueno, hace unas semanas, los pinches regidores recibieron una nueva invitación para un “reajuste” al presupuesto, a la lana que necesita el ayuntamiento para funcionar, sí, para funcionar, no para valer verga. En aquel momento se hizo el mitote porque se hablaban de 2,300,000,000.00 sí, si no sabe leerlo, ahí le va, “dos mil trescientos millones de pesos, sin centavos”. Así se enorme es la responsabilidad de los vallartenses, pagarle al ancianito más impuestos para sus pendejadas. Sí, sus pendejadas, DEMÁNDAME.
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