Hace unos días se hizo público un video en el que el Alcaldito, con la intención de desearle a su audiencia una feliz navidad, se evidenció el grave problema que tenemos los vallartenses, un presidente con la capacidad cognitiva de un pez betta. Ni Pa eso sirve.
Se dice que los peces estos que le gustan a los nacos tienen una memoria reducida, al parecer solo les dura 10 segundos, por lo que su vida dentro de sus cabezas es una maravilla, o de lo contrario es una corta vida perturbada en la que se invierten los pocos segundos de capacidad de memoria para entender por qué un imbécil los tiene encerrados tragando morusas de quién sabe qué.
Así mero está el alcalde, al parecer, su corta memoria sólo le sirve para intentar entender dónde está sentado y por ende, los problemas que le aquejan a Puerto Vallarta son ajenos a él.
En el video, claramente sencillo de memorizar o si es para desear buenas vibras, debería salir del corazón y no de una cartulina que le improvisaron para no olvidar las tres frases que tenía que decir. Con una producción de tres pesos y una preparación de telesecundaria, el video sirvió para que el alcalde una vez más se evidenciara por incapaz, por inútil incluso para felicitar a su raza.
Se terminó el año y el tormento continúa, quedan dos más de tortura emocional para quienes producimos en la calle, para los que le sacamos la vuelta a la basura, para quienes olemos los orines de las calles y quienes dependemos de una policía que no es incapaz por voluntad propia, sino que han sido abandonados por su “comandante”.
Luis Alberto Michel Rodríguez está enfermo, viejo, decadente y desmemoriado, no sirve para ser alcalde pero nos tenemos que aguantar, la mayoría lo eligió y la mayoría lo está sufriendo, no hay vuelta atrás, solo queda pensar en el futuro y en la posibilidad de verlo en el muro de fusilación que le cobrarán a él y a sus compinches, incluido el tal Chuyín todo lo que se han mamado.
Entendiendo su mala memoria comprenderá usted que debo todos los días recordarle lo corrosivo que es para los vallartenses.
Por cierto del pez betta y los nacos, al profe lo adoran los mismos.
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