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  • Héctor Colín

“Capo Mata Carita”

Puerto Vallarta, Jalisco.- Hace un par de semanas desde el correo electrónico del Seapal Vallarta se compartió un comunicado oficial que trascendió en los pasillos, los baños y los chismógrafos, en él, el que sería después, porque aún no era director del organismo, mencionó dos palabras que hicieron eco entre el silencio de la grave acusación que significaría, “CAPO” y “CÁRTEL DEL AGUA”, calificativos que se utilizaron para referirse a Juan Andrés Aguirre Palacios, líder del sindicato de los trabajadores del Seapal.



Me fui al Wolworth a comprarme un paquete grande palomitas porque pensé que esto se pondría bueno, que el tiro entre Salvador Llamas y Andrés Aguirre se pondría épico porque el taimado líder sindical anunciaba una nueva asamblea hecha al vapor para continuar apoderándose de los inocentes agremiados mientras Llamas declaraba sobre la presentación de una supuesta denuncia penal para exhibir los robos, atropellos y malos manejos de las finanzas de parte del “Cártel del Agua” en el Seapal y llamando Capo a Andrés. Y es que uno pensaría de todo respecto al Seapal pero nada relacionado con una mafia tan escandalosa.


Llamas “pistolero” y el otro “mafioso”. ¿A poco no sonaba a película palomera?



Al final, toda una pifia, mi nuevo compa Salvador Llamas nos dejó el mitote a medias y no llegó a ningún lado con la amenaza de denunciar el saqueo del organismo que le heredaron por su buen comportamiento con el Profe o porque desde la oficina operadora de las heces la estrategia del nuevo gobierno se estructura con más comodidad.


Peditos, salieron peditos de esa afrenta porque segúramente a mi amigo Llamas le avisaron que Andrés estaba convocando en lo oscurito a sus agremiados, a quienes acababa de ensartar un par de semanas antes (ahorita tocamos ese tema) para pedirles que se atrincheraran en contra de la nueva dirección para forzar a Llamas y Salcedo a que se disculpen públicamente por los señalamientos. Mi contacto dice que Andrés asegura que al final lo que dijeron de él los hará quedar como pendejos, así dicen que dijo.


Llamas fue inteligente a medias, valiente a medias y le faltó finiquitar lo que ya había iniciado, una limpieza profunda hacia el interior del Seapal. Pero aún tiene mucho tiempo para rectificar a favor del organismo y dar el manotazo al escritorio para demostrar quién manda y por qué.



A Juan Andrés Aguirre Palacios se le llamó “Capo” supuestamente por desviarse 75 mil pesos de una de las cuentas del Seapal, imagínese cómo le llamarán al anterior director cuando se enteren de que tres meses antes de entregar la administración se cambiaron los formatos, fórmulas y programas encargados de la cobranza de los servicios que presta el Seapal para evitar dejar huella de lo que antes sucedía. A mi no me crean, yo ni sé investigar, estoy suponiendo.


Los 75 mil pesos que supuestamente se agandalló el enemigo de Llamas fueron para que el sindicato llevará a su equipo de futbol a una competencia quién sabe dónde y quién sabe a qué chingados pero son las prerrogativas quesque tiene el sindicato y que le permiten al líder llevarse hasta al perico a sus viajes, al cabo que Llamas nada más lo amaga en sus medios y con sus Bots.


Bueno, de lo que yo sé y no me consta es una lista que prepararon los que se le unieron en la asamblea del sindicato en la que se reeligió a la mala, supuestamente los amenazó aprovechándose de la presencia del pendejete líder del sindicato en Guadalajara, quien al parecer tiene mucha más cola por dónde agarrarlo.


Los que se sintieron engañados soltaron la sopa y le dieron al Andrés hasta por debajo de la lengua, los abusos dentro del Sindicato van más alla de lo que Llámas y su equipo tienen siquiera pensado y, solo es buscar qué se hace con la camioneta que le asignó el Seapal a Aguirre para ir de la oficina a su casa y de su casa oficial a la de campo y todo de regreso.



Los sindicalizados se sienten ofendidos, aturdidos aún por la forma en la que los hicieron quedar como pendejos, soltaron el nombre del hermano del líder sindical, quién tiene dos puestos, dos sueldos y ninguna obligación. Geovani, se llama.


Los abusos se han agudizado conforme Andrés se ve amenazado por el final de su liderazgo, al grado de negarle a los trabajadores con antigüedad suficiente de incorporar a uno de sus hijos a laborar dentro del organismo y quien lo logra es sometido a un mes de trabajo sin sueldo, con una comida al día y con la zozobra de que el líder no se vuelva loco, se le niegue su derecho y se le olviden los acuerdos.


Me hicieron la cuenta de lo que percibe el líder sindical por no hacer nada más que pendejear a sus agremiados, chiquear a unos muchachos a los que le encanta ver jugar futbol y a quienes por cierto no se les hizo ninguna prueba para laborar dentro del Seapal, bueno, ninguna prueba relacionada con el trabajo. Mientras disfruta del aire acondicionado y espera que prosperen las denuncias que se supone Llamas le interpuso, Andrés se encuentra en la mira no solo de sus adversarios del Sindicato sino de los que dicen ser sus aliados y han hecho un pacto de sacrificio para documentar todo lo que desde adentro se ve.


Pero a mi no me crean, yo sólo trato de acabarme mis palomitas del wolwoorth.

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