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  • Héctor Colín

Chamaquearon al Alcaldito


Primero debo disculparme por no haber tocado este tema desde antes, pero me ganó la risa y me invadió la felicidad que, aunque suene inmoral, me dio cuando vi la chamaqueada que le dieron al alcaldito en su “conferencia de prensa” del lunes.


Alguien convenció al alcalde de que sería una buena idea salir a dar la cara, primero con la prensa y no con los trabajadores inconformes, todo esto respecto al tema de las manifestaciones de los bomberos, porque supuestamente no se les pagó un bono que se les había prometido por el protocolo especial armado para las fiestas decembrinas en Puerto Vallarta. Mienten los bomberos o miente el presidente, no pueden mentir ambos y yo, le creo a los bomberos.


Quisiera imaginarme el contexto, la escena completa que armaron para hacerle saber al alcaldito que hablar en público, sin argumentos y con una prensa hambrienta por enfrentarlo sería una buena idea. Le dijeron que saldría avante del evento, sin considerar las cuentas pendientes con un pueblo al que se le abandonó desde el principio, y qué bueno, para que se les quite lo pendejos.

Por un lado, el alcaldito, seguramente se vislumbró fortalecido por el “apoyo” de su equipo, se sintió chingón porque su evento sería en el restaurante al que aspiró siempre, se vio acompañado y se hizo el valiente, después de una semana difícil, en la que NUNCA se tomó la molestia de atender a los manifestantes, para siquiera tomarse la foto y quedará registrada su voluntad para el diálogo, pero. Ni eso se le ocurrió a su equipo de comunicación del que hablaré más adelante. Una semana en la que los manifestantes amagaron al municipio que gobierna Michel, como consecuencia de los malos tratos y los acuerdos no cumplidos por el Alcaldito, una semana en la que tuvo la oportunidad de sobresalir en el ejercicio político y le valió madres, quizás se siente demasiado alcalde para atender esos problemas personalmente. Lo más grave, es que los problemas se le acumulan, así que cada vez que sale, lo revientan con preguntas que le revuelven del coctel de medicamentos que se zumba con la papaya en las mañanas.


Por otro lado, la prensita leyó River Café en la invitación y se relamieron los bigotes, desayunarían con cubiertos y gratis, lo que dijera el alcaldito sería el postre para acelerar la digestión con la felicidad que se obtiene hoy al ver a un político con las piernas temblorosas y la voz cortada. Hasta donde sé, no hubo desayuno, es decir que, nada más necesitaban a la prensa para aprovechar sus plataformas, eso al menos con los que no reciben nada a cambio, ni los buenos días, pero se siguen prestando con la esperanza de que algún día les caiga un cacahuate para prolongar la inanición.


Entonces, alguien del equipo cercano al alcalde le recomendó salir a decir pendejadas, porque el discurso que le prepararon sería el entremés de la comidilla, María Roa, Salvador Llamas, Cristian Berumen, el Chaneque o quizás el nuevo mirrey que se pasea entre las oficinas con la consigna de ayudar en la comunicación, o alguien menos cercano al alcaldito le recomendaron dar la cara para que la prensita lo reventara con preguntas incómodas que solo siendo un pendejo no las esperarías. Y es que, los que le saben a esto de la comunicación, entienden que no se puede enfrentar un problema públicamente si no has solucionado los anteriores, porque hay pepenadores de la verdad que no descansarán hasta obtener respuestas, mientras tanto, te avergüenzan en público.


Dentro de los cuestionamientos hechos al alcaldito, vinieron los que todos sabíamos que vendrían, el problema es que nadie le preparó las respuestas, ni siquiera Cristian Berumen que desde las sombras cobra por ver al alcalde hacer el ridículo y quien seguramente convenció al pupilo del alcalde de que sería la eminencia por su experiencia en la comunicación de Jaime Cuevas, quizás porque nunca aprendió a nada más que a engañar a sus clientes. A nadie le importó ver al alcalde hacer el ridículo, todos se rieron, incluyendo a la prensita que, pensando en que no obtuvo respuestas, se fue, sin saber que la mejor respuesta a los cuestionamientos fue la voz quebrada del alcalde mientras trataba de hilar una idea que no lo hiciera pasar más vergüenzas. No lo logró. Esa era la nota, el alcalde desequilibrado, imbéciles.


El argumento del alcaldito fue que no tenía dinero para enfrentar sus compromisos adquiridos con los bomberos, se dedicó a hablar del corrupto de Gilberto Lorenzo y se le olvidó que había un problema más grave, el mal trato a sus empleados y su deuda de honor con los bomberos. Se entiende que Michel busque un culpable para distraer la atención, pero nadie se comió el anzuelo, nadie se la creyó, y es que ya es marzo y se supone que se pagaron los prediales para poder considerar cumplir con los compromisos adquiridos en diciembre. ¿Quién se chingó la lana?.


Pero bueno, también se entiende que Luis Michel se sienta como borrachito en lunes, atolondrado por la fiesta del sábado, regañado por no servir pa nada el domingo y sin dinero por haberse gastado el viernes lo que necesitaría el lunes. Y todo esto, sin acordarse de nada.



Pues bueno, como aquí estoy para ayudarle con su memoria, recordemos que se gastó un millón y medio de pesos en cada evento del box, incluyendo en el que cumpliría su sueño de besarle la mano al que entrena al Canelo. Recordemos también los seis millones gastados, no invertidos en la villa navideña, luego vinieron sus “gastitos” discretos para hacerse de unos camiones que quedarían nombre de alguien a quien después les diré.


Es decir que, llegando pidió un crédito de 80 millones de pesos para enfrentar el arranque de su gobiernito y el dinero le duró nada más un mes, porque según él, hoy ya no tiene nada. Por lo que también se entiende que ni él, ni nadie de su equipo tiene la buena relación que presumen tener con el gobierno federal, por lo que se facilitarían los movimientos financieros para darle liquidez al gobierno del Michel. Después les explico.


Pues bueno, el punto es que el alcalde salió, como siempre, a zurrarla, eso sí, bien acompañado de un equipo que sólo fue a chingarse al alcalde como botana porque los reflectores se concentraron sobre ellos hasta que una doña se empeñó en cuestionar a Salvador Llamas para justificar el chayotote. Shale.


Alcalde, a pesar del esfuerzo, todavía debes, todavía tienes cuentas pendientes con el municipio y ya deberías sabértela, nadie te va a respetar si no resuelves, y a mi gusto, no resuelvas, me sorprenderías.


La tarea de la semana es simple, la identificación de los ex empleados de Jaime Cuevas que se quedaron en el gobierno de Michel por un posible acuerdo “no firmado” por los supuestos convenios que hizo Jaime con uno de los hijos de Michel, aunque después el negocio se l trajo a Vallarta e incluyó en la nómina a quienes pudieran saber más de lo que deberían. A mi no me crean, esto es puro chisme.


No puedo dejar pasar la oportunidad de felicitar a Salvador Llamas porque la estrategia de hundir al alcalde para sobresalir al mando ha salido genial.

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