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El Sarcófago del Verde

  • Foto del escritor: Héctor Colín
    Héctor Colín
  • 28 ago
  • 4 Min. de lectura

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La cobardía de un alcalde que oculta la mano.


Hace 30 años conocí la tumba del Rey Pakal en Palenque, Chiapas. Un monolito al que le calculan 5 toneladas de peso y que fue colocada sobre el sarcófago del Rey más famoso de la región Maya de aquella época.

 

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Pakal, “El Grande” fue gobernante ungido por su padre desde los 12 años, astronauta y viajero en el tiempo, dicen. Antes de morir inició una campaña militar por toda la zona sur del país y hasta Guatemala para demostrar su poderío (los huevos, pues), logrando así que Palenque figurara en el mapa de los cobardes como una zona prohibida para el hiking recreativo.

 

En la pinche cosmovisión Maya se describen tres niveles: el superior o celeste (conformado por trece cielos), el intermedio o terrestre y el subterráneo o inframundo llamado Xibalbá (conformado por nueve estratos).[Justo como los niveles en los que se ha fragmentado el cielo Morenista junto a la basura que representa el Partido Verde que gobierna Puerto Vallarta.



Me distraje un poco porque quería hacer referencia de que la tumba del Rey Pakal fue sellada con un monolito de 5 toneladas… justo como lo acaba de hacer ayer el gueyón del alcalde de Puerto Vallarta con su estúpida necedad de hacerse millonario rápido y a costillas de la voluntad y el dinero de los vallartenses.

 

Pocas cosas son más vergonzosas que tener aun político COBARDE gobernando el pueblo donde vives, qué lástima, que humillación tener como alcalde a una basura como Luis Munguía,  a un cobarde que se ha empeñado ahora en, primero concesionar la recolección de basura a un sobreprecio para pagar su compromiso de campaña con un particular y luego hacerse de una mochada por los próximos 25 años, lo que le garantizará pagar el Pent-house que usa como leonera en península y librar los pagos de los demás departamentos en La Marina, segundo, la necedad de obligar a los vallartenses a pagar por un espacio de estacionamiento, y es que el dinero es justo el negocio que persigue un particular relacionado con el traidor de Víctor Bernal, el “ladronzuelo” de Rodrigo Pérez hecho Tesorerito, de Paco Sánchez como el encargado de la firma final como Síndico y el vocero oficial de todo lo que engaña, Don Chonito, estos fueron los emisarios y los involucrados en el negocio en el que le permitirán a un particular lucrar con los espacios públicos del municipio, no solo de la zona centro como una justificación de la necesidad de más espacios, sino de algunas colonias como la Versalles, donde continúa siendo habitacional, de la raza, en donde se están elevando edificios indiscriminadamente sin considerarse los servicios necesarios y suficientes para ello. Y hablando de construcciones, habrá que preguntarle a Víctor Bernal cómo se hicieron del terrenito donde están levantando un edificio que, si sacamos cuentas, su salario no alcanza para justificar el costo de la obra, pero ese será tema para otro día.

 

Les decía que no hay nada más vergonzoso que un político cobarde porque Luis Munguía en la sesión de cabildo en donde se discutirían temas que no le gustan a los vallartenses decidió, por sus huevos, cerrarle las puertas a los mirones, a los manifestantes, a los ciudadanos que tienen derecho a asistir a las sesiones que son públicas, en instalaciones públicas y hechas por “empleadetes” de quinta que son pagados con nuestros impuestos.

 

No hagas coas buenas que parezcan malas.

 

Desde la primera vez que entró Luis Munguía al bote porque lo relacionaron con el supuesto homicidio de un taquero, demostró su cobardía, un tipo de astucia disfuncional con la que empezó a engañar a todos. Los funcionarios del actual gobierno que acompañan a Luis lo conocen desde hace mucho tiempo y han estado de acuerdo en la forma de trabajar del “arquitecto” hecho a paros.

 

Esconderse detrás de una puerta para hacer acuerdos a favor de los vallartenses no está bien. Cuando se toman decisiones que influirán en una comunidad se deben considerar todas las partes, incluso si hay un individuo inconforme, la decisión debe considerarse, no se trata de hacer lo que le convenga más al melolengo de Víctor Bernal, tampoco se trata de pisotear a los vallartenses que viven en las colonias donde se colocarán los parquímetros para asegurarle el futuro económico al inútil del tesorero, quien se ha hecho acompañar en las “triquiñuelas” de Juan Carlos Peralte, Director de Comunicación Social que se ha encargado de desviar todo lo que se pueda mientras no se hagan públicos los movimientos en la página de Transparencia del municipio. Las facturitas empiezan a fluir hacia afuera y no habrá manera de justificar el desvió de la lana de los vallartenses a cuentas relacionadas con el Tesorero, Juan Carlos Peralta, la hermana de la jefa de Oficialía Mayor y el hermano del alcaldito.

 

Decía que la lápida de Pakal es muy parecida a la que se acaba poner Luis Munguía al echarse al lomo a esa cantidad de ciudadanos inconformes por sus decisiones pendejas que a todas luces son un negocio particular y una afrenta a los patasaladas, y es que si piensa salir en el futuro a hacer campaña, no le funcionará absolutamente nada para convencer a la raza de que su gobiernito fue el del Bien.

TODO MAL.

 

Alguna vez alguien me dijo que no había que confiar en quien no se quiere a sí mismo y en quienes hacen de todo para engañar a los demás. Si aterrizamos el consejo en la nariz de Luis y el resto de su cara hecha para convencer como alguien que no es, entenderemos que el resto también es falso.


Pd. Pakal pasó a la historia por el tamaño de sus "destos", 1300 años después se habla de su valor, lo mismo sucederá con el gobiernito actual, se les reecordará por el tamañito de sus "destitos".

 
 
 

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