QUE PINCHE VERGÜENZA!

Héctor Santana ha demostrado que es el alumno que lleva más de un lápiz a la escuela, el que hace la tarea todos los días y es el mismo cabrón que llora cuando se anuncia un día de asueto. Extrañamente disciplinado, el alcalde de Bahía de Banderas al parecer está sobrado con su responsabilidad con los badebadenses, al grado de poder darse el lujo de tomarse un tiempo para organizar una colecta (ojo, convocada por él mismo y no por los paleros) para ayudar a los municipios afectados por las tormentas de hace unos días.

Todavía no sabemos si su motivación fue legítima relacionada con su cercanía con el puerto o de plano le dio vergüenza su compañero de alcaldía que brilló por su ausencia y dejó evidencia de que es el alumno con problemas de aprendizaje, sospecha de consumo de drogas, el alumno que siempre llega tarde y oliendo a orines, Luis Munguía es el peor alumno en el grupo generación que le tocó a Héctor Santana García. Esa sería una de las motivaciones entonces de Santana, rescatar a los gobernados por el melolengo de Luis Munguía y que quedaron a la merced de los estúpidos funcionarios del gobierno Verde de Puerto Vallarta que se enfocaron en tragarse la comida de los bomberos rescatistas, se tomaron la foto y huyeron para después de regresar a levantar un censo para saber si en realidad las familias que durmieron dos días en la calle resultaron afectadas o no.

Que exhibida nos pararon dos tormentas que se pasearon lejos de Puerto Vallarta, y es que a Cano Corrientes y Bahía de Banderas no le hicieron nada; en Vallarta nadie quiso decir que la posible culpa se la llevaría un cadáver que al parecer trataron de esconder en el gobierno municipal de Luis Munguía. Quizás no lo sabía usted pero en uno de los puentes que pasan por encima de un cauce de los ríos que atraviesan la zona norte del rancho se taponeó durante la tormenta con un vehículo y dentro el cuerpo de una persona que nadie reportó, causando que el agua se acumulara en la zona que nos dio fama a nivel nacional por la ineptitud del alcalde Luis Munguía. Decía que dentro de la camioneta había una sorpresa, un cadáver del que nadie habló, y es que la prensita “tragacuandohay” se encargó de maquillar el hecho de que nadie se dio cuenta de la tardía reacción y de las consecuencias de este hecho.

Que vergüenza me dio con Héctor Santana, se convirtió en el vecino que vino a limpiar la basura de mi patio, juntó la caca del perro y le dejó comidita a mis pájaros. Y para los incrédulos va un argumento simple, entendiendo las aspiraciones a la gobernatura de Nayarit por parte de Héctor Santana, nada tendría que estar haciendo perdiendo el tiempo en Vallarta y desgastando los recursos de los ciudadanos que voluntariamente se formaron para entregar víveres para los vallartenses afectados. Por el contrario, Luis Munguía no hizo ni por su gente, no regresó ni para devolver la botas que le prestaron y mucho menos a cumplir con lo que le prometió a la raza con la que se tomó la foto, demostrando que este alcalde vallartense no es más que la basura de mi patio, la caca de mis perros y el hambre de mis pajaritos.

Al tesorero le brillaron los ojos, el apoyo del gobernador tendría que primero pasar por sus manos y sus largas uñas, sin olvidar que estaban demasiado entretenidos contando las propinas de la obra que iniciaron PENDEJAMENTE en el malecón y es que las vacaciones se aproximan y la temporada alta amenaza con ser menos pinche que las anteriores, no gracias a la promoción del destino, no gracias al Fideicomiso, la dirección de turismo o la secretaría de turismo, sino gracias a las playas que aún se mantienen medianamente limpias de popó gracias a las pinches tormentas que empujaron todo hacia mi colonia Versalles.

En medio del desmadre volvió a exhibirse el melolengo de la Dirección de Comunicación Social Juan Carlos Peralta, quien parece ser el artífice de la mayoría de las pendejadas que dice Luis Munguía cada que le ponen un micrófono en la cara, y es que el alcaldito parece tener secuelas graves por el abuso de sustancias y no analiza con anticipación lo que dice, metiendo la pata en cada oportunidad; ahora se le fue con todo al otro melolengo que tiene como gerente de la ciudad, Juan Pablo Martínez, quién tiene como su mayor logro y. memoria cuando aprendió a anudarse las agujetas de los zapatos, les decía que este güey, Luis salió a decir que el Juan Pablo no sirve pa nada (palabras más, palabras menos), que al estúpido se le olvidó avisarle a la gente del centro que se mamarían una lanota en una obra inútil, perdón, que remodelarían una cuadra para ampliar el malecón peatonal y luego se mamarían el 20% del costo de la obra para terminar de pagar un departamento que disfruta esta raza allá por la zona hotelera norte. No lo dijo así pero eso fue lo que yo entendí, argumentando que Luis había cometido la pendejada de contratar a Juan Pablo y dejarlo actuar solo para darse cuenta de que se exhibieron ambos como inútiles pero Luis fue el único que salió a decir que él, a partir de hoy empezaría a aprender algo nuevo.

Son tan chistosos que dan vergüenza, dan pena ajena, Luis Munguía dejó de parecer un estúpido para ser reconocido por la mayoría de los vallartenses. Ya lo midieron y se fue al fondo en las encuestas de popularidad (sin hablar de las de percepción de eficacia administrativa), algunos de sus amigos más cercanos no lo han abandonado porque siguen y seguirán mamándose del erario porque es evidente lo que todos ya saben, estos sujetos y sujetas jamás han servido para nada y no es su momento de aprender a ser independientes de la bolsa en la que se guarda el dinero del pueblo vallartense.

Ahhhh… y ya luego hablamos de la modita que trae el alcalde, tan pendeja como la filosofía que persiguieron esos que trata de emular, esos de la revolución cubana que terminaron por hundir al pueblo y que a razón de popularidad convencieron a algunos de que se estaba persiguiendo el buen haciendo el mal. Luis, eres un estúpido.