Ya no me pregunten. ¡Salud, por Luis Munguía!

Son las 6:42 de la mañana de este domingo 24 de agosto, de abstemio se terminó para mí un largo periodo al que me obligó la partida de un gran amigo, una enorme pérdida para mi y más aún para el gusto “rockero” de los vallartenses, se murió el Juank y desde entonce son salía a escuchar a la banda; a relajarme y entretenerme salí entre la raza. Los temas de siempre, la temporada baja a la que nadie le ha metido la mano por miedo a los meados y la competencia promocional en contra del calor del rancho que espanta a los clientes de siempre; a los que presume el fideicomiso como “atraídos”, como “promovidos”, a los gringos y canadienses que traen tres dólares a un pueblo donde dos dólares son símbolo de opulencia y atención “exquisita”. Las pláticas de siempre, pues, el calor y la templanza en la temporada baja, aguantaremos como pobres que somos, todos resisten como siempre, la resiliencia de siempre con la diferencia de que hoy no hay agua para bañarse, no hay agua suficiente para lavar los trastes como van saliendo de las comidas, los calzones hay que guardarlos y lavarlos entre bañadas si así lo resisten, hay que aguantar, hay que reservar agua como en los países de tercer mundo donde no hay agua por la naturaleza de su terreno; no somos África pero nos parecemos.

Los borrachos desfilaron por el saludo, luego se quedaron por el reclamo, el mismo desde hace poco menos de un año, QUÉ pedo con el gobierno del Verde, qué sucede con la basura, por qué razón no se recoge y por qué el Tuki-Pendejo sonríe siempre.

Luis Munguía continuará engañando a las personas como lo ha hecho desde hace más de 20 años, librando la justicia y encontrando siempre un rincón donde resguardarse esperando a que la gente (como lo dijeron los borrachos) le aplauda su aparición con nueva cirugía, un nuevo atuendo o casi fresco como si sospechosamente saliera recién de una rehabilitación de algunos estupefacientes. Apareció Luis Munguía en un evento más en el que le aplaudió un puñado específico de raza, entre los que estaban empresarios paleros, regidores basura y Andrés González Palomera que se apareció para lo mismo de siempre, para no servir para nada.

Pero bueno, había empezado bien con el tema de la borrachera pero me desvié. Me decían que ya era demasiado el descaro del gobierno actual para continuar actuando como si nada con el tema de la basura, del agua, de la seguridad, del desvío de lana desde Servicios Públicos y de la decadencia preocupante del DIF, del robo “espeluznante” de los Tuki-pendejos-parques, que no había forma de que el melolengo de Luis Munguía no entendiera que algo muy malo estaba pasando.

Fireball es un licor de canela, y se sirve en un caballitos tres cuartos, al último cuarto se rellena con bayles y se toma derecho, frio de preferencia, después de eso contestas simple y llano, rápido y seguro, Luis siempre ha sido un vividor, la gente le dice pendejo pero no lo es, ha aprendido a vivir de las chichis ajenas desde hace más de 20 años, le entiende a la mamadera y se ha convertido en un vividor despiadado que hoy tiene acceso a una bolsa casi ilimitada de recursos que utiliza en gran medida para satisfacer su hambre de antaño, su necesidad de abolengo y su obligación con aquellos que le abonaron mucho dinero a sus campañas políticas.

Fireball solito, frío y con eso detallarás lo complicado del tejido político empresarial que tendió el nuevo tesorero municipal. El tesorito tiene dos tareas, mamarse para asegurarse los días del futuro en los que no aparecerá más, se esconderá de la justicia mexicana, de la crítica vallartense y del “cover” divino, Rodrigo Pérez está nadando de muertito mientras utiliza a algunos de sus directores como Juan Carlos Peralta para desviar dinero para fines que no les han funcionado, a Luis Munguía lo madrean todos los días, lo que parece ser un plan del tesorero para reforzar lo que con la mano izquierda planea, fortalecer al Morena de los Michel a los que les pagó con la justificación de sus cuentas y que le retribuirán con el cuidado de sus “malos manejos”.

Les decía que el Jack Daniels es mejor en las rocas y solo, sin nadie cerca, con una buena música de fondo y con las críticas al gobierno de Luis Munguía.

Media cerveza y te explico que el periodismo de hoy ya no aplica como antes, no funciona como conocíamos, la polarización del información ya  no permite el ejercicio del periodismo, la información de esconde a discreción, a conveniencia, los datos financieros se entierran con el actuar diario de Morena y el Verde, así que ahora solo queda adivinar, lo que no es difícil si consideramos factores simples por comparar como los servicios públicos de hoy con los de hace más de 5 años, este melolengo de Luis Munguía vino a decirnos cuándo sí y cuándo no debíamos sacar la basura; vino a decirnos que los parques “dignos” se hacen con pocos pesos pero que sirven para desviar millones de pesos en aparentes “gastos.

La cerveza carta blanca ya no sabe a orines, no huele como el malecón en las mañanas y no parece tan corriente como las acompañantes de las fiestas del alcaldito del verde. Es más útil que el mismo Munguía y sirve, sobretodo a las 6 de la mañana a entrar en razón de que ya es tarde y estamos muy mal acostumbrados a la basura. Sobretodo cuando sabíamos que Luis Munguía jamás serviría para nada.

La cuenta y nos vamos, ya es tarde y solo resta aclarar que esto, a diferencia de lo que piensa el güeyón del Tesorero, no es cuestión de cariño. Soy un ciudadano que no pudo bañarse para salir a tomarse algo en algún bar que resiste la temporada baja mientras los Verdes huyen con el dinero de los vallartenses.

Y les decía entonces que todo mundo me pregunta por qué el gobierno actual es tan inútil y la respuesta me sumó muchos traguitos invitados, Luis es un Imbécil.